Las mujeres siempre tenemos el poder y el poder nos lo dan los hombres, por que todo lo que hacen ellos, sean padres, hijos, amantes o enemigos simplemente lo hacen para llamar nuestra atención.
Los hombres nunca saben cómo vamos a reaccionar, y eso los descoloca, los sorprende, los desestabiliza. Somos las mujeres las que siempre decimos sí o no, y en realidad les hacemos creer a los hombres que son ellos los que dicen sí o no.
El poder de las mujeres reside también en cuanto nos necesitan los hombres, se sienten perdidos si les damos la espalda.
Los hombres nos temen, por eso somos tan poderosas, por que pocas cosas nos pueden detener. Somos las mujeres las que entendemos bien el poder, está en nuestra naturaleza, en nuestra ideología. El hecho de ser madre, por ejemplo eso es poder o no?
El poder de las mujeres está en nuestro corazón, en nuestra intuición, en nuestro instinto de protección, está en nuestra capacidad infinita de dar amor. Somos los únicos seres capaces de experimentar el amor incondicional. Sabemos dar, cuidar y proteger la vida, y amar pase lo que pase.
Maridos, hermanos, hijos, padres, amigos y pololos le deben todo al amor de una mujer. Y todo lo que hacen es un intento por corresponderlas, es decir, es un elogio a la mujer.
Los niños juegan a los soldados y las niñas a las muñecas. Los hombres se preparan para conseguir la gloria y ofrecérsela a una mujer, las mujeres nos preparamos para dar la vida.
Las mujeres vivimos para amar, y ese amor inmenso se transforma en fuente de energía para todos los que ocupan un lugar en en nuestro corazón, ese es nuestro poder, ese es el poder de las mujeres.
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